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domingo, 26 de febrero de 2012

II Ruta del cocido madrileño - Bagatella

Me reconcomía lo del cocido de ayer, y más aún cuando mi mujer me decía 'pues mi cocido fue mucho peor que el tuyo' (por aquello de que cada uno estaba hecho en una olla), y esta mañana conseguí convencerla para 'olvidar' lo del cocido de ayer, y que mejor forma de hacerlo que con otro cocido, así que nos arriesgamos, salimos a caminar, mucho, hemos caminado 20 km, antes de llegar al restaurante, pero hemos llegado en el momento oportuno, con el hambre y la sed justa, y aunque el restaurante estaba lleno y no habíamos reservado, hemos esperado lo justo para poder disfrutar de un cocido equilibrado, un servicio maravilloso, y un local muy digno, que nos ha animado a volver muy pronto.
Dentro de la lista de restaurantes de La ruta del cocido madrileño está Bagatella, del que solo tengo conocimiento de su página de Facebook, en pleno centro de Madrid, C/ Pelayo, 60. Un restaurante pequeñito, y donde te atienden con esa familiaridad que tanto nos gusta a la gran mayoría de usuarios, llegamos tras la caminata de 20 Km. y llegar allí y pensar que no podríamos comer porque no habíamos reservado fue demoledor, pero Alex nos dijo, hay una mesa que en unos 10-15 minutos quedará libre, si quieren tomar algo mientras tanto..., y era lo que estábamos esperando que nos dijera, nos tomamos una cervecita y esperamos charlando esos minutos. Cuando comimos el aperitivo, y nos quedaba cerveza, nos pusieron otro aperitivo, aquello ya empezaba bien, se empezaba a borrar lo sucedido 24 horas antes.
Y se liberó la mesa en el tiempo mas o menos previsto y nos sentamos, había elegido el vino mientras tomaba la cerveza, Ramón Bilbao crianza, y como alternativa tenía previsto Azpilicueta, pero Auri, la responsable del restaurante me recomendó probar un vino de su tierra, Trujillo, "Habla del Silencio..." y decidimos probarlo, pues oye, acompañó muy dignamente al cocido, no es un vino espectacular, y quizás le falte algo más de barrica, pero tiene un sabor redondo y con el afrutamiento muy adecuado para acompañar una buena comida.



Y empezamos con la sopa, en su punto de temperatura y de cocción, y con el sabor apropiado de una sopa de cocido, nada que reprochar, y solo mejorable con ese toque ya destacado en algunos post de este blog, unos garbancitos de adorno con la sopa, aunque este es un detalle bastante personal.



Segundo y tercer vuelco del cocido se sirven en una única bandeja, cosa muy común, pero como se demuestra en la foto, muy bien presentado:



Como siempre, yo me como los vuelco separados, y en el segundo, garbanzos y verduras, hago lo de casi siempre, probar patata y zanahoria y comer garbanzos y repollo. Y creo que he enumerado los ingredientes por el orden inverso de aceptación que cada uno tenían, patata y zanahoria, vulgares, muy bueno el garbanzo, al dente y sabroso, y excelente el repollo. Para mejorar en este segundo vuelco, la falta de la bola o relleno, creo que es un buen complemento y sencillo de hacer, y con el espíritu de mejora que he detectado en el restaurante, a buen seguro que la próxima vez que vayamos, tendremos bola.



Y en el tercer vuelco, voy a hacer lo mismo que en el segundo, enumerarlos por orden inverso de aceptación, la gallina o pollo nunca la pruebo, dejan su sabor en el caldo, el chorizo, normalito, pero los lectores de este blog saben que es un complemento 'prescindible', como la morcilla, que ya mejoraba bastante al ser de cebolla, en lugar de la mas vulgar de arroz, el tocino, muy rico, acompañado del excelente pan, y por último, el morcillo, muy meloso, excelente. Aspectos de mejora de este tercer vuelco, la falta de un puntita de jamón, y ya lo gozoso, aunque no es exigible en un cocido de 12€, un hueso de caña 'per cápita', que a los maduritos nos gusta seguir 'disfrutando'.

Como resumen del cocido, muy equilibrado, cocido típico de menú, pero con sabor y con un servicio 'de calidad' que es lo que al final marca la opinión general de una buena comida.

Pero para llegar a la excelencia, se pone un postre muy bueno:



Un pastel de queso 'exquisito', y se cierra con un combinado especial, un gin tonic con una ginebra especial, que no recuerdo como se llamaba (espero que Alex o Auri lo incluyan en los comentarios) y un tónica Fever y servida de una forma muy especial:



Que combinado nos preparó Alex, un ucraniano que lleva en España muchos años y que tiene un trato muy especial con los clientes.

En resumen, un restaurante para repetir, con calidad y con una opción de Brunch dominical muy digna de considerar.

Cuanto me alegro de haber borrado mi experincia del sábado. Vivan los domingo.

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