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sábado, 12 de noviembre de 2011

MRW - Atino - Esta vez hemos 'atinado'

Madrid Restaurant Week recupera su credibilidad, en mi anterior post tuve una decepción tal, que aún ahora que he releído el post, me parece que he sido muy blandito, debería haber sido mas duro, pero ya es agua pasada, y me voy a centrar en la comida de ayer, el resarcimiento de MRW. Elegí el restaurante porque me apetecía arroz, porque me quedaba cerca de un destino anterior, y porque ya habíamos estado en el restaurante alguna vez (aunque entonces se llamaba Mesón Gallego 3).


El menú era atractivo, y comenzaba con un Aperitivo con Copa de manzanilla que eran unas almejas a la marinera sabrosísimas, y con el caldito maravilloso para mojar el pan. Empezó tan bien que nos preguntaron como estaban y nos invitaron a repetir, cosa que hicimos con mucho gusto.

Los Entrantes eran tres:


Empezaron con una Tosta de pulpo sobre cama de ali oli realmente sabroso, la mezcla del ali oli con el pulpo aderezado con pimentón, es extraordinariamente sorprendente. El segundo entrante, Setas empanadas con salsa tártara también tenía un gran sabor, la salsa tártara acompañaba muy bien y era auténtica. Y el último entrante eran unas Zamburiñas al perfume de albariño, buenísimas, que bien aderezadas, la zamburiña puede o no ser buena, pero estas tenían un aderezo maravilloso.
Habíamos elegido uno de mis vinos favoritos, y el favorito number one de mi señora, Marqués de Riscal, porque era el que mejor relación calidad/precio nos ofrecía, y además es un vino que acompaña maravillosamente al arroz que elegimos, Arroz con centollo y en las opciones se completaba con Arroz con setas y boletus u otro que era Arroz con vierias, evidentemente todos atractivos, pero nos quedamos con la primera opción.



El arroz, meloso, exquisito, con todo el sabor del marisco imbuido en sus granos, en el punto de cocción adecuado, y en una cantidad 'casi' excesiva, pero de la que dimos buena cuenta. Mi señora disfrutó 'chupando' la patas del centollo, uno de sus grandes placeres.

Para cerrar nos ofrecieron unas filloas como postre, que aceptamos, pero yo solicité que la mía me la flambearan con orujo, cosa que hicieron gustosos y mi mujer se la tomó 'normal'. Debo decir, siendo justo, que no fueron unas filloas que me gustaran excesivamente, pero sin duda influenciado por la extraordinaria cantidad de comida que nos habíamos metido para el cuerpo, y especialmente mi mujer, que es de mucha menos cantidad. Y aunque los postres califican a veces a una comida, no se trata de este caso, donde una excelente comida en general, se cerró con un postre normal y evidentemente con un cafetito 'rebajado' con orujo blanco o de hierbas.

Como resumen, un restaurante muy recomendable, con una excelente cocina, y un servicio adecuado.

Actualización: Se me olvidó indicar la ubicación del restaurante que está en Madrid, Plaza de la Remonta,5 y esta es su página web

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