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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cocido - O'Pulpo

Estuvimos en este restaurante hace un par de semanas por primera vez, con motivo de una ofera de Groupalia, que resultó ser de las de éxito y que describí en este post. Descubrimos entonces que en este restaurante de menús del día y de clientes 'casi fijos' uno de los platos de cada semana era el cocido, concretamente los miércoles. Preguntamos a Pablo si era posible que nos pusieran cocido otro día distinto, ya que nuestra asociación lo come jueves o viernes, y ya nos comentó Pablo, que debido a la clientela fija que tienen cada día, no podían ser 'infieles', por lo que si queríamos comer un cocido tendría que ser un miércoles. Y el primer miércoles posible, y sin previo aviso nos hemos presentado en el restaurante para tomarnos el cocido del menú, para testearlo y acudir, si aprobaba, con la Asociación.

La primera sorpresa es que el restaurante está lleno y debemos esperar a que se libere alguna mesa, y lo que parece que no resulta positivo en un principio, analizado en profundidad, parece un aliciente, si está lleno, es porque la calidad llama a los clientes.

Tras tomar una cervecita en la barra, pasamos a una mesa 'liberada' y aún quedan varios clientes esperando en la barra a que se liberen más mesas, y descubrimos posteriormente que, aunque a nosostros si nos ha tocado, a algunos clientes que llegaron después que nosotros ya no les ha llegado el codido, se ha agotado, y no me extraña.....

Pero pasemos a la descripción del cocido. Y empezamos por el vino, Pablo nos ofreció un tinto de (creo) Cenicientos (por favor Pablo, si no fuera así, te ruego lo corrijas en los comentarios) pero yo opté por tomar un crianza, un Lan, que sin ser un vino que me entusiasme, al menos tiene una cierta 'madurez'.

La sopa nos sorprende por ser de fideo grueso, recuerdos que llegan a mi mente de cuando era muy joven y eran mis fideos favoritos, con el paso del tiempo me liberé de aquellos gustos, y ahora son todos los tipos los que me parecen apropiados, siempre que tengan la textura y sabor que deben. En este caso el sabor, propio del cocido, sin destacar excesivamente, pero apropiado aunque la textura deja que desear, están excesivamente cocidos y, por tanto, pasados, si bien no es criticable en una sopa de menú del día y a la hora que nos tocó. Aquí vuelvo a resaltar lo que para mi es un detalle de categoría, y es que unos garbanzos, media docenita por plato, dentro de la sopa, dan un destello de calidad, aunque no lo considero imprescindible.


El plato principal se sirve en un único vuelco, extraordinariamente presentado, y con una disculpa por parte de Pablo, ya que se ha acabado el repollo, y nos sirven el vuelco con judías verdes en su sustitución, detalle que posteriormente mi mujer agradece y asegura que le ha hecho ilusión la sustitución. Los garbanzos, aunque no pregunté sobre su origen, presumo que pedrosillaños, por el tamaño, y también por el sabor, aquí quedan abiertos una vez mas los comentarios para que Pablo lo ratifique o
nos informe de su procedencia. A los garbanzos, quizás algo 'pasados', y aquí hago referencia lo mismo que con la sopa, a la hora, acompañaban las judías, ya comentadas, el trozo de zanahoria y las patatas, que tengo que reconocer no probé por ser demasiado abundante el vuelco, la bola o relleno, de una suavidad y jugosidad extrema, realmente exquisita, un chorizo con sabor, muy difícil de encontrar en un cocido un chorizo que aporte algo, este era el caso, no había tocino como tal, sino parte de panceta, si bien se podía separar claramente y probar como si fuera aislado, simplemente justo, había unos trozos de falda que estaba jugosa y nada fibrosa, cosa rara en este tipo de carne, y dejo para el final, el morcillo, meloso como debe estar el morcillo, realmente bueno y difícil de conjugar tanta calidad de viandas en un cocido de menú.

No se puede criticar la ausencia de punta de jamón y hueso de caña en un cocido de este tipo, ya que la calidad de las viandas no permite más. Si fuera factible algún extra 'negociado' sería un complemento perfecto para un cocido de calidad contrastada.


Y no quiero finalizar sin resaltar que los postres 'auténticamente caseros' del restaurante son dignos de mención, tres veces hemos visitado el restaurante y tres postres distintos hemos probado, y aunque no me puedo olvidar del helado con aceite de oliva que tomamos el primer día que ya resalté su calidad, hoy nos tomamos una tarta de Guinness, de la que nos descubrió parte de la receta su autora, Cristina, pero que no recuerdo, aunque si recuerdo el sabor, excelente, y que recomiendo fervientemente.



Cerramos con el café acompañado de los orujos, blanco, de hierbas o con café, cortesía de la casa, que nos ofrece Pablo.
En resumen, un cocido tremendamente digno, con una relación calidad / precio extraordinaria, pero que únicamente puedes probar un miércoles.

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